La falta de adherencia a las prescripciones médicas juega un papel fundamental en las principales causas de fracaso terapéutico. No solo eso: el incumplimiento de las indicaciones del médico implica la mayor parte del tiempo, así como un aumento creciente de la mortalidad y la morbilidad, las consiguientes intervenciones de atención médica, más severas y exigentes para el sistema de atención médica y especialmente para el cumplimiento del paciente. Una mayor adherencia significa menos riesgo de hospitalización, menos complicaciones asociadas con la enfermedad, mayor seguridad y eficacia de los tratamientos y costos reducidos para las terapias.
El farmacéutico, gracias a su capilaridad y fácil acceso en el territorio, es la figura clave para apoyar al paciente en las recomendaciones del médico con respecto al momento, las dosis y la frecuencia de tomar el medicamento durante todo el ciclo de la terapia. De hecho, se ha demostrado que el monitoreo y el estímulo continuo de la figura de atención médica para el paciente crónico es un elemento exitoso para la remisión de la enfermedad.
La implementación de vías de atención farmacéutica, dirigidas a promover la atención del paciente frágil y crónico, mediante la promoción de la adherencia terapéutica o la monitorización de las mismas, es un requisito común para todos los farmacéuticos.
La necesidad y el impacto en la población son de hecho universales e independientemente de la geolocalización del farmacéutico o del tamaño, características o servicios ofrecidos por la farmacia. De hecho, no se necesitan herramientas especiales, innovadoras o caras, sino simplemente la implementación de una atención preciosa para el paciente, un núcleo cada vez más importante en la profesión, respaldado por documentos de orientación validados y compartidos utilizables.